Todo el contenido (literario y fotográfico) es original y propio del autor, en caso contrario se indicará la fuente.

Ventana solitaria

Este es un video que edité yo para un festival en Xalapa...
Saludos


Estos son los trailers de Josephine...
Pronto tendremos más...
Sonrían... Estaré poniendo acá lo que pueda de mi trabajo.

Este de acá esun corto Dirigido por Elisa Rodríguez Malo, en el que yo hice la fotografía y el diseño de animación...

El Candado, último cortometraje que dirigí a principios del 2008.


Aureliano

Aureliano
Siguiendo las...

Instrucciones para Llorar

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.

Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.

Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
Julio Cortazar
"Historias de Cronopios y de Famas"

martes, 11 de agosto de 2009

Al Pie del Prometeo

(De la Individualidad de la Conciencia)



La música en mis oídos acalla las voces. Cientos de estudiantes enmudecidos por Silvio Rodríguez pasan frente a mis ojos.
Me embarga una extraña pena. Un hueco en el estómago, como siempre.
-Sí capturo al culpable de tanto desastre -pienso -, lo va a lamentar.
Alguien dijo esa frase en mi oído y creí que se aplicaba bien a mi emoción actual. Pero yo sé quien es el culpable. Encima, no puedo capturarlo. Soy, también como siempre, el único culpable.
No sé por qué, sí tengo plena conciencia de que las vidas se viven sin compartirse, con la coincidencia como punto de convergencia entre unas y otras, sigo creándome expectativas de mutualidad; sí a mi me gusta y me emociona algo, y lo sé desde hace tiempo, este mismo algo no tiene por que gustarle, ni emocionarle, mas que a aquellos que, como yo, se encuentren a sí mismos haciendo o buscando ese algo.
Tal vez sea por esto que mis amistades no me parecen completamente honestas. Mi método ha sido erróneo; debo buscar amigos en lo que me gusta y me emociona y no tratar, cual tirano medievalista, de que a mis "amigos" les guste y emocione lo mismo que a mí. Porque al final compartir es imposible. El mutualismo es un invento más de la globalización.
Lo único posible es vivir la individualidad a la par de los que viven la suya propia por un camino paralelo, a la vez que se disfrutan las coincidentes convergencias, creativas y esporádicas, que surgen al chocar los caminos que dejan de ser (o que nunca fueron) paralelos.

Este choque, al igual que el aprendizaje (aparentemente) mutualista de los caminos paralelos, abre el portal de posibilidades creativas. Portal que, si aprendemos a aprovechar -cosa que, evidentemente, forma parte tan sólo de mi campo teórico -se convierte a la vez en la llave necesaria para abrirse a sí mismo a voluntad del individuo, siempre que se le requiera. Herramienta tan potente (capaz aún de nulificar los conceptos de individualidad o mutualidad ante la poderosa creatividad) son pocos los que han aprendido a controlar. Puede ser que incluso sea, si bien no la principal, si una de las ventajas de la iluminación evolutiva de la conciencia.

Por otra parte, la búsqueda del mutualismo -dependiendo de su planteamiento filosófico -demuestra, en caso de partir del ideal de pertenencia, una necesidad del individuo, como parte de una masa de individuos y no de un todo, de autoprotección ante la magnitud de su inminente realidad. Por alguna razón que justo ahora escapa de mi entendimiento, la mayor parte de los individuos satisface mejor su necesidad de pertenencia adhiriéndose a sí mismo a la masa, adoptando sus costumbres y corrientes, y siguiendo la moda, que aceptándose parte de un Todo indivisible, que lo único que hace es abarcar todas las caras posibles en todos los tiempos y espacios posibles. Este Todo no representa para nadie la obligación de pertenencia y, por tanto, elimina la necesidad de las modas, corrientes y costumbres que lo único que logran realmente es generar divisiones para que así la pertenencia tenga punto de comparación: Yo pertenezco, tú no. Por eso lo más conveniente es llamarle Falso Mutualismo; no se aplica en todos los casos, no es completamente mutuo.
La mutualidad surgida del descubrimiento y aceptación del Todo es también falsa; la premisa indica que la existencia es realmente la de la individualidad expresada en todas sus facetas: Somos uno expresado en diversas formas (nada hay de mutuo en esto). Ergo, la búsqueda del mutualismo es solamente una cara más del Todo que, al ser sólo descubrible y aceptable (no adoptable) por el individuo, tanto general como particular, implica un movimiento activo de conciencia. One giant leap...

Podría plantearse entonces que el problema es el siguiente: Ya que la búsqueda de la mutualidad es parte también del Todo indivisible (al igual que el descubrimiento y la aceptación del mismo), resulta alarmante la falta de equilibrio. Es decir, es mayor la cantidad de gente, al menos en nuestra cultura occidental, preocupada por por la búsqueda del ya tan mencionado mutualismo que aquella relajada en la paz del reconocimiento de la naturaleza totalitaria del Todo descubrible, aceptable y, por tanto, reconocible.

Llego ahora, después de estos párrafos, a una conclusión -tal vez primaria -de esta serie de hipótesis de pensamiento surgido de la visión de cientos de universitarios enmudecidos por Silvio Rodríguez:
Sí bien la culpa de mi avasallante soledad estomacal es completamente mía, también lo es la solución; descubriendo y aceptando (a través tal vez de estas palabras), y, por tanto, reconociendo mi pertenencia al Todo, la emoción se diluye. Sólo hay cabida para la plenitud de la conciencia en activo movimiento -al contrario de la masa que se mueve pasivamente, adaptándose a aquello que la contiene -.

Al aceptar lo anterior, acepto también el desequilibrio como una faceta más del Todo al que reconozco pertenecer y acepto, por consiguiente, que en el orden natural de las cosas totalitarias e indivisibles a toda tormenta sigue, eventualmente, la calma.
De este modo no me queda ya mas que seguir el sendero que le toca andar a mi individualidad particular para poner su granito de arena en el cambio consecutivo de la conciencia hacia la faceta de equilibrio de esta, nuestra individualidad general.

O tal vez, sólo tal vez, ya lo esté haciendo...

Aureliano Castillo León
10/08/09

17:20 hrs

2 comentarios:

Angélica dijo...

si...
Supongo que mucha gente se pregunta sobre pertenecer... o no pertenecer (o al menos eso espero).
¿Por qué se cree erróneamente que pertenecer significa perder la individualidad?, y ¿Por qué queremos pertenecer a ese concepto que tu llamas "falso mutualismo"?, ya que una cosa es que como seres humanos necesitemos de los demás para poder ser humanos, y otra muy distinta es que nos tengamos que perder a nosotros mismos para poder ser parte de un "todo" o un "falso todo".
Supongo que de entrada tenemos mal entendido el concepto de mutualismo y de un todo.
Un todo no significa ser una masa, una masa es homogénea, un todo significa "tener todo", ser heterogéneo, que todas las diversas características de la gente hagan y enriquezcan el todo; lo cual no significa perder la individualidad, porque es precisamente la individualidad la que enriquece el todo.
y ¿por qué hay tantas masas?,
creo que porque es más fácil.
Es más fácil dejar de pensar por uno mismo y crear esa masa de gente que piensa igual, actúa igual, etc. Que pensar quiénes somos y qué queremos.
y sí, todo es porque queremos pertenecer, pero yo, por ejemplo, no quiero pertenecer a una masa, no quiero dejar de ser yo misma, quiero pertenecer a un todo, no una masa; desafotunadamente se tienen muy mal entendidos estos conceptos y como no pertenezco a una masa creen (los de las masas) que no pertenezco, que injusto.
En una masa hay falso mutualismo, ya que realmente nadie enriquece a nadie, todos están viciados en lo mismo.
Ay Aure.. que feo, definitivamente es más díficil luchar por los ideales de uno, que ser conformista.
Pero quiero o espero estar poniendo también mi granito de arena para poder crear un todo real, o una individualidad general =).
Saludos
Atte. Angélica

F.G. is my name dijo...

I am Me
You are You
If I am Me, I can't be You
If you are You, you can't be Me
We can be We
There can be They
Can we stop being We and they stop being They, so we can all be Us, and yet be Me and You?

Me pregunto si eso quedó claro.

Y el Estado soy yo

Lejanía

Lejanía
Tierras aún ausentes, siempre presentes