
Fue una plática corta. Sólo un hola, ¿qué tal? ¿Cómo te ha ido? Como de costumbre no me contestó, no puede, jamás ha podido. Pero esa mirada; con su mirada, con su sonrisa me basta. De cualquier modo es lo único que tengo suyo. Fernando, mi novio, siempre me dijo que le presto más atención a ella que a él. Por eso, por Fernando, fue que deje de verla; nos peleamos.
Hoy es catorce de febrero y Fernando está fuera de Xalapa; ayer festejamos en su departamento –el de Xalapeños, porque su esposa decidió que se mudarían al de Juárez, que es el que más me gusta, tiene tina y muchos espejos. Desde que me pelee con ella no tenía espejos en casa-. Platicamos horas, bebimos vino, nos besamos. Había que aprovechar porque salía a México en la madrugada. Me acarició toda, desabrochó la blusa y la tiró al piso. Delicado como siempre me arrancó la falda mientras yo me quitaba el sostén. Mis pezones se irguieron cuando tomo mi calzón con los dientes y comenzó a deslizarlo hacia abajo; me lo quitó. Me besó las rodillas, los muslos, la entrepierna y...su maldito celular no dejaba de sonar. Contestó y se alejó para que no oyera, pero alcancé a escuchar que alegaba estar en una junta; era su esposa.
Algo decepcionada de la situación, comencé a deslizar mi mano hasta mi pubis y empecé a acariciarme mientras pensaba en ella. En realidad la amaba más que a Fernando, me excita más verla a ella. El cuerpo me temblaba de placer, la piel se me enchinaba en espasmos cosquilleantes y me humedecí. Qué vergüenza, Fernando me había estado viendo. Ojalá no haya dicho su nombre, el de ella. Fernando me sonrió, se desnudó y se botó en la cama. Con un rápido movimiento me colocó sobre él, comencé a moverme, cerré los ojos; el paraíso. Ella nunca lograría eso. Hoy es catorce y decidí hacerme un regalo. Fui al centro y compré un espejo.
Fue un plática corta. Sólo un hola, ¿qué tal? ¿Cómo te ha ido?
Ahora estoy sentada viéndola, desnudándome, mientras ella lo hace. Me acaricio los pezones. La observo, no puedo dejar de pensar en él. Ella también se está tocando. Me veo tocarse los senos. La veo, me toco, se toca; todo al mismo tiempo y luego, la culpa.
Más tarde la romperé, romperé el espejo.
3 comentarios:
nice, I always like narcissism, jeje. Esta chida la narración y las descripciones muy efectivas, a ver si no te censuran. Cool metaphors too
Bastante interesante, Aureliano. Especialmente la última frase.
El comentario anterior era mio Aure :(
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